viernes, 28 de enero de 2011

El nacimiento. Ese gran trauma del bebé. (Parte III)

Mecanismo de las lesiones craneales en la infancia

Antes de empezar a hablar de este tema, hay que partir de la base de que las lesiones del cráneo como consecuencia del nacimiento, generalmente no son tomadas en consideración más que cuando son importantes y entrañan trastornos indiscutibles para la salud de nuestros hijos. Un terapeuta entrenado en la Osteopatía Sacrocraneal puede descubrir lesiones que, aunque no son reconocidas habitualmente, son perjudiciales a medio y largo plazo para los niños.

Las lesiones articulares del cráneo conducen a tensiones membranosas, que serán las responsables de un mal desarrollo estructural de la bóveda craneal en el curso del crecimiento del niño. De ello pueden resultar anomalías físicas, neurológicas y psicológicas, perjudiciales a lo largo de toda la vida.

Además de las lesiones osteopáticas, la salud del niño puede verse comprometida por diferentes factores: factores hereditarios, salud de la madre, mala nutrición, enfermedades infecciosas, etc... El empleo de medicamentos con la futura mamá también se considera un factor de riesgo, ya que algunos pueden ser sospechosos de causar malformaciones. Los extractos hipofisarios ingeridos por la madre pueden dar lugar durante el parto a contracciones largas y violentas, que serán peligrosas para el feto. La administración de anestesia y de sedantes ponen al niño en un estado en el que su respiración tal vez no se haga normalmente, debido al estado de anoxia más o menos pronunciada que se genera.

Las lesiones en el nacimiento pueden ser debidas a malposiciones del niño, a una mala implantación de la placenta, a una pelvis anormal de la madre, a desviaciones vertebrales, etc. Estas lesiones pueden conducir a una deformación de la cabeza del niño, así como a una tensión anormal de las membranas. Esta deformación también puede producirse por el uso del fórceps, ya que es un instrumento peligroso. Cuando su uso no puede evitarse, ello debería servir para guiar más que para extraer. El nacimiento natural es, no cabe duda, el más deseable. Esto está confirmado por la tasa mucho más baja de accidentes en el parto en los países (como en Holanda o Suecia) en donde dichos partos son, la mayor parte de las veces, practicados por mujeres (matronas) expertas.


En las dos imágenes de la izquierda se puede apreciar lo que se denomina "cabeza en cuadrilátero", lesión presuntamente debida a la aplicación del fórceps de forma oblicua. En las dos imágenes de la derecha se observa un "occipital plano", por compresión antero-posterior.

Diagnóstico de las lesiones

Para hacer un buen diagnóstico, es interesante conocer por los padres (y en especial por la madre) las modalidades del nacimiento así como las observaciones que conciernen al comportamiento del bebé, y que deben ser hechas después de dar a luz. Sería algo así como hacer una especie de "ficha" de salud. A la hora de diagnosticar, conviene observar y tener en cuenta:

  1. Color anormal de la piel: el color azulado por falta de oxígeno (cianosis) puede resultar de una lesión que afecta al nervio "vago" o a los centros respiratorios en el IV ventrículo cerebral (ésta es una lesión muy importante, ya que puede acarrear "muerte súbita").
  2. Comportamiento anormal: las lesiones craneales pueden provocar aletargamiento, estupor, sueño excesivo, insomnio, irritabilidad. El bebé puede manifestar una preferencia por estar acostado en una determinada posición, con tendencia a ponerse sobre el lado plano del cráneo.
  3. Observación del los ojos: la miopía congénita puede estar provocada por un traumatismo del hueso occipital. La diplopía o visión doble se relaciona con un mal alineamiento de las órbitas oculares. Los síntomas varían según qué nervio craneal se encuentre afectado.
  4. Gritos anormales: los gritos excesivos del niño sugieren un problema del nervio "vago" en el suelo del IV ventrículo cerebral. La ausencia o retraso de los gritos es un síntoma importante, ya que la Naturaleza destina los primeros esfuerzos vigorosos tras el nacimiento para comenzar a respirar por sí solo.
Hay una gran lista de síntomas que a los padres puede parecer algo normal en la edad del bebé y por ello no darles importancia pero que, sin embargo, son excelentes indicadores de que algo no funciona bien en el organismo de nuestros pequeños: gritos débiles (gemidos o ronquidos), dificultad para comer, dificultad para mamar, babeos excesivos, crecimiento anormal del cráneo, crecimiento anormal del cerebro (hidrocefalia), desarrollo anormal de boca y nariz, trastornos motores y neurológicos, parálisis o espasmos musculares, convulsiones, retraso en la motricidad, otitis, rinofaringitis, bronquitis, rinitis, asma...

Toda anomalía en el desarrollo del cráneo del recién nacido puede modificar los movimientos de la SEB (Sínfisis Esfeno Basilar) o alterar las posiciones relativas de las diferentes partes de un mismo hueso, de tal forma que las características de este hueso estarán más o menos perturbadas, pudiendo afectar a nervios, vasos sanguíneos, etc., que estén situados junto a dicho hueso. Son importantes la observación, los test de movimiento y los test de posición, ya que no hay dos casos iguales.

Evidentemente, el primer paso que hay que dar es la visita al pediatra y/o al especialista que corresponda en cada caso. Y teniendo precaución con los diagnósticos médicos, pero en todo caso "sin perderlos de vista" tampoco, puede ser interesante acercarnos a otros tipos de terapias y tratar a nuestros hijos desde un nuevo enfoque, una nueva perspectiva, sabiendo que todo lo que hagamos ahora por ellos, estará bien hecho.

Saludos para todos.



lunes, 17 de enero de 2011

El nacimiento. Ese gran trauma del bebé. (Parte II)

Tras el nacimiento, nuestro bebé comienza su evolución como ser humano, tanto a nivel personal como a nivel social, en relación a todo lo que le rodea. Y lo hace en el aspecto físico y psico-motriz. En el aspecto físico se puede destacar:

1.- En el primer año: el tamaño del cráneo se ha duplicado y, mediante el movimiento sacrocraneal, se van formando las suturas que unen los diferentes huesos craneales. Casi todos los huesos más importantes de la bóveda craneal se han fusionado ya, salvo el occipital (que todavía aparece en 4 partes) y la fontanela anterior (fontanela bregmática), que se cierra hacia el 18º mes de vida.


2.- A los 3 años: ya se han formado todas las suturas, aunque todavía no se han encajado en su sitio. La sutura metópica (que divide el hueso frontal en dos partes) está prácticamente osificada.


3.- A los 6 años: las suturas y los biseles (zona donde encaja hueso con hueso) están bien formados, así como toda la bóveda craneal, que está formada, cerrada y fusionada (excepto la base del occipital). En esta primera etapa de formación (de 0 a 6 años) es cuando más beneficios se pueden conseguir mediante la 
TERAPIA  SACROCRANEAL.

4.- Desde los 7 a los 9 años: las suturas son más claras y nítidas, y la base del occipital se fusiona con los cóndilos.

5.- Hasta los 12 años: en esta etapa, es en la cara donde se nota más el desarrollo. Las apófisis mastoides están perfectamente formadas, aparece la espina nasal... El hueso etmoides (a través del cual pasan las ramificaciones del nervio olfativo y donde está situado el sentido del olfato) comienza a osificarse, cosa que ocurre a los 15-16 años.

Y como iba diciendo en la primera parte de este artículo (Noviembre-2010), ya somos uno más en la familia. El es el centro de nuestro mundo, todo gira alrededor suyo y todas las atenciones nos parecen pocas. Estamos tan pendientes de cada uno de sus gestos, que podría decirse que seguimos su desarrollo psico-motriz paso a paso, desde el primer momento. De esta forma, hemos podido "aprender" con él y hemos "vivido" sus experiencias.

1.- Primer día: el bebé grita, estornuda tiembla, tiene hipo, se despereza, bosteza, se duerme y permanece durante mucho tiempo dormido. Mueve a la vez piernas y brazos, simultáneamente, sin movimientos aislados... Todo ello son actos reflejos, ya que la criatura todavía no controla los movimientos voluntarios.

2.- Primer mes: ya reconoce la cara de su mamá, hace ruiditos vocales, levanta un poco la cabeza cuando está tumbado boca abajo, los ojos siguen luces u objetos que se mueven. Pero si se le pone en posición vertical, todavía no es capaz de dirigir la cabeza perfectamente, sino que tarda y es dificultoso para él.

3.- Segundo mes: sostiene su cabecita derecha durante más tiempo, aunque todavía tarda en girarla. Se apoya sobre los antebrazos y levanta el cuerpo al estar boca abajo, comienza a sonreir, y la cabeza y los ojos se mueven hacia el lado de donde vengan los ruidos.

4.- Tercer mes: grita fuerte cuando tiene hambre, ríe cuando se le hacen cosquillas, gira las piernas hacia el exterior, agarra objetos que estén a su alcance, etcétera.


5.- Cuarto mes: sostiene bien levantada la cabeza, tiene falta de atención, cierra los ojos al acercarle objetos, ríe sonoramente y le salen los incisivos centrales inferiores.


6.- Quinto mes: quiere levantar la cabeza cuando se le acuesta sobre el vientre. Empieza a darse la vuelta él solo.

7.- Sexto mes: se sienta sin apoyo detrás cuando está en una posición inclinada, le gusta el momento del baño (jugar y chapotear), y ya empieza a responder a su nombre cuando se le llama. Levanta la cabeza y el pecho al acostarlo sobre el vientre, y se puede girar él solo y ponerse boca arriba o boca abajo. Distingue a los desconocidos y conoce sus juguetes. Sonríe y vocaliza. Comienza a gatear, y extiende los brazos al aire para que se le coja. Alcanza los objetos próximos.
   
                                     




8.- Séptimo mes: gira la cabeza para rechazar, expresa extrañeza abriendo los ojos y la boca. Salta y brinca activamente. Emite sonidos de varias sílabas, y se sirve perfectamente de sus manitas.

9.- Octavo mes: se arrastra y cambia de posición. Responde al afecto. Mantiene la atención sobre cosas y personas, empieza a ponerse un poco de pie, grita para todo, se estira, arrastra los objetos y los juguetes.

10.- Noveno mes: hace el gesto de "adiós" y se da la vuelta.


11.- Décimo mes: se pone de pie él solo.


12.- Doceavo mes: camina con ayuda, coopera para vestirse, lanza objetos (como una pelota, por ejemplo), gatea por todos los sitios, empieza a crear palabras.


13.- Quinceavo mes: camina solo. Se establece el control del intestino y de la vejiga aunque todavía no sabe pedir para hacer sus necesidades.


14.- Decimoctavo mes: se sostiene a la pata coja, sabe utilizar un pañuelo, bebe en una taza, intenta comer por sí mismo, aparece la memoria, y comienza a decir palabras sueltas.


15.- Dos años: sube y baja y salta de pequeñas alturas (sillas), posee un vocabulario de alrededor de 300 palabras, corretea por todos los lados...


16.- Tres años: aprende a cepillarse los dientes, se limpia o se seca la cara y las manos, se abrocha y se desabrocha la ropa, puede recitar historias simples o algunos versos sencillos, y es capaz de copiar objetos geométricos simples.


17.- Cuatro años: conoce su dirección, puede empezar a contar un poco los números, se mantiene bien sobre un solo pie, copia figuras geométricas más difíciles.


18.- Cinco años: se viste y se desviste sin ayuda, comienza a leer y escribir, habla bien, aparece en su comportamiento la malicia, la picardía y la desconfianza, etcétera.




Como podéis comprender, lo anteriormente expuesto es a rasgos generales. Habrá bebés que se desarrollen antes que otros, y unos terceros cuya evolución sea muy lenta y difícil. Mi consejo sería que, escuchando a los médicos y siempre de la mano de sus diagnósticos, aquellos padres que creáis que vuestros hijos no tienen un desarrollo adecuado, consultéis y conozcáis otras terapias paralelas que pueden ser muy efectivas. Por ello, en este blog veréis unos enlaces a otros blogs que me parecen muy interesantes, entre ellos el de Rosina Uriarte (sin menospreciar a ninguno de los demás, por supuesto). En estos blogs podréis encontrar mucha y variada información sobre terapias que pueden ayudarnos en la educación y desarrollo de nuestros hijos.


Un saludo muy afectuoso para todos vosotros.


jueves, 25 de noviembre de 2010

El nacimiento. Ese gran trauma del bebé. (Parte I)

Queda ya un poco lejos el día que la felicidad arrasó con la fuerza de un tornado nuestro hogar. La alegría se instaló en nuestro corazón y en el de aquéllos que nos rodeaban. Pronto, la noticia corrió como la pólvora: íbamos a ser papás. Visitas, llamadas telefónicas, correos electrónicos... en fin, una auténtica locura.

Han pasado los días, los meses, y el gran momento, el momento esperado por todos, ha llegado. Ahora sólo quedan unas horas y la espera se verá recompensada. Todos están expectantes... ¿Todos?

Alguien está a punto de vivir la experiencia más importante de su vida. ¿Cómo será ese paso, ese momento? Se acerca la hora... ¿Está todo listo y preparado? Última comprobación...


La pelvis de la futura mamá está formada por tres piezas óseas, unidas y articuladas entre sí por dos articulaciones sacro-ilíacas, y una tercera articulación llamada sínfisis pubiana. Este conjunto óseo forma una cavidad ancha, que a su vez es más amplia en la parte superior (pelvis mayor) que en la parte inferior (pelvis menor).

Llegado este instante, el bebé comienza su aventura. Poco a poco va recorriendo el canal del parto hasta llegar a la cavidad uterina. Aquí surge la primera duda: ¿cómo ha de situarse?

Se llama "presentación" a la región fetal (zona anatómica del feto) que está encajada o tiende a encajarse la primera, mientras el feto se acomoda, y que se desencaja la primera cuando comienza el parto. El bebé tiene su cabeza y sus brazos flexionados y el tronco curvado hacia adelante. Por lo general, en este momento suele medir unos 30 cm. Pero, ¿qué postura tiene que adoptar?

Existen tres grandes grupos de presentaciones:

1.- Presentaciones cefálicas:

  • Presentación por la cima del occipital o del vértex: es la más común. Flexión del cuello, con el mentón sobre el pecho.
  • Presentación bregmática: la fontanela bregmática aparece en primer lugar. La cabeza está ligeramente alargada. Es la fontanela situada entre los parietales y el hueso frontal.
  • Presentación de frente: muy distócica y rara (Distocia: parto de manera anormal o difícil, que suele requerir instrumental, como fórceps, ventosas o cesárea). La cabeza está muy alargada (1/600 presentaciones).
  • Presentación en deflexión total: es decir, presentación de la cara, con el occipital sobre la espalda y el feto en hiperlordosis (1/200 presentaciones).


2.- Presentaciones podálicas o pelvianas:

  • Presentación pelviana completa: miembros inferiores cruzados, en tijera, con los pies delante de las nalgas.
  • Presentación pelviana incompleta (nalgas): miembros inferiores elevados, con los pies por delante de la cara y las piernas en extensión total.
  • Presentación pelviana incompleta (de rodillas): donde las piernas están en flexionadas, con los muslos en extensión y los pies "apoyados" sobre las nalgas.


3.- Presentaciones transversas:

  • Aparece primero uno de los hombros (izquierdo o derecho). Esto impide un parto espontáneo, y será muy difícil y terriblemente anormal, con grandes riesgos para el niño.


MECANISMO DEL PARTO EN UNA PRESENTACIÓN  OIIA

Dentro del grupo de las presentaciones cefálicas occipitales, pueden distinguirse:

  • Occipito-ilíaca izquierda anterior (OIIA)
  • Occipito-ilíaca izquierda posterior (OIIP)
  • Occipito-ilíaca derecha anterior (OIDA)
  • Occipito-ilíaca derecha posterior (OIDP)




    La presentación OIIA es la más común de todas, con un 65% de casos, y el mecanismo del parto es como sigue:

    1.- El encajamiento: se produce a nivel del estrecho superior. La sutura sagital del cráneo del niño está en relación con el diámetro transverso de la pelvis (están paralelos).

    2.- El descenso: la cabeza desciende hasta el suelo pelvi-perineal. El diámetro mayor de la cabeza corresponde al diámetro oblicuo izquierdo de la pelvis superior (OIIA). El cráneo ha rotado un poco hacia atrás y a la derecha.

    3.- La rotación: la cabeza gira y el occipital se presenta por delante y se encaja en la sínfisis pubiana (la cara mira hacia atrás de la madre).

    4.- El desencaje: el occipital se desliza hacia atrás después, pasando por debajo de la sínfisis pubiana y se encaja en el orificio vulvar. La compresión de los huesos craneales y de las demás estructuras es máxima en el momento del paso de la circunferencia occipito-frontal (es decir, cuando el bebé empieza a asomar la cabecita). Es uno de los momentos en el que se producen las lesiones de los huesos craneales.

    5.- La restitución, o detorsión: el hombro derecho gira en la pelvis de derecha a izquierda y de atrás hacia adelante, para colocarse pegado a la sínfisis pubiana, por detrás de ésta. La cabeza hace un movimiento de rotación que lleva al occipital hacia la izquierda. El hombro derecho anterior aparece, y después el izquierdo, tras un movimiento de flexión lateral del tronco.

    Sencillo... ¿verdad? Os pediría que volvierais a leer los 5 puntos anteriores, y tratarais de imaginar y hacer dichos movimientos... Y nuestro niño no sabe ni una palabra de anatomía. Sin comentarios.


    Durante todas estas fases, el cráneo del niño sufre unas presiones que originan que las diferentes piezas óseas se superpongan unas por encima de las otras por las líneas de sutura. Esto se corrige gracias a los gritos del niño al nacer (al llorar, aumenta la presión intracraneal con lo que los huesos son desplazados nuevamente hacia su posición correcta) y por la presión de la lengua, que empuja a la sínfisis esfeno-basilar en el curso de la lactancia (por medio del hueso llamado "vómer") normalizando la tensión de las membranas intracraneales. Y si además, el niño recibe una pequeña ayuda de Terapia sacrocraneal...

    domingo, 21 de noviembre de 2010

    Iguales pero distintos

    Cuando hablamos del cuerpo humano, nos estamos refiriendo en realidad a un concepto abstracto. Aunque en nuestra mente tengamos la imagen de lo que es un cuerpo, basta pensar en lo diferentes que son entre sí un recién nacido y un adulto, o una mujer y un anciano, para darnos cuenta de que lo correcto sería especificar siempre el estado de desarrollo, la edad y el sexo.


    Al comienzo de nuestra vida, en nuestra infancia, las diferencias sexuales entre ambos sexos son prácticamente insignificantes. Un niño se distingue de una niña por el color de su pijama, pero las diferencias según el desarrollo corporal alcanzado durante los meses de la gestación son notorias: hay recién nacidos con mucho pelo y otros prácticamente calvos, unos son gorditos y otros muy delgados... Y a medida que vaya transcurriendo el tiempo, estas diferencias se irán haciendo más notables.

    Durante el primer año de nuestra existencia, el cerebro duplica su peso y el sistema neuromuscular se desarrolla enormemente. Los huesos del esqueleto se refuerzan por la fusión y la calcificación de numerosos huesecillos cartilaginosos. En pocos meses se desarrollan el sentido del equilibrio, la capacidad visual y digestiva, nacen los primeros dientes, se aprende a comunicar, a caminar, a interrelacionarse con el mundo que nos rodea... Físicamente, el peso y la altura se doblan, las diferentes partes del cuerpo se desarrollan a diferentes velocidades hasta los tres años y después el crecimiento continúa regularmente hasta los 12 años, es decir, hasta la etapa de la pubertad, donde nuevamente se produce una fase de desarrollo rápido.

    Es por esto que hay que tener en cuenta que el cuerpo de un niño o una niña sólo es similar al que se estudia en Anatomía General. Aunque casi todos los órganos ya están en la posición correcta, ocupando su espacio físico dentro del cuerpo, su desarrollo y su forma y funciones están todavía evolucionando, al igual que su forma de ser y de pensar.

    Entre los 6 y los 11 años, los estímulos por desarrollar son todavía muy numerosos, y cada experiencia es algo nuevo que se ha de estudidar, analizar, clasificar y memorizar. Los comportamientos imitativos de la infancia son reemplazados por nuevos comportamientos personales. La relación con los demás, en la escuela y en los grupos de juegos estimulan la mente de niños y niñas, conduciéndolos hacia una nueva etapa...la adolescencia.

    Los cambios fisiológicos en esta época comienzan en torno a los 10 años para las chicas y a los 12 años para los chicos. De pronto, el cuerpo vuelve a crecer rápidamente (es lo que conocemos como el "estirón"), llegando a aumentar de tamaño hasta 5 cm por año, por efecto de una mayor actividad de la hipófisis, que provoca un aumento de la producción endocrina de las glándulas suprarrenales, de la tiroides y de las gónadas (ovarios y testículos). La parte muscular del cuerpo aumenta, a la vez que disminuye la de grasa, aparece el vello axilar y pubiano, aumentan de tamaño los órganos sexuales, y la piel se modifica al aumentar la actividad de las glándulas sebáceas y sudoríparas.

    En las chicas se forman depósitos de grasa subcutánea en las caderas, muslos, nalgas, antebrazos, y se desarrollan las glándulas mamarias. En los muchachos, se fortalecen los huesos y músculos de los hombros, brazos y piernas, y comienza la aparición de vello en la cara, en las extremidades, en el pecho y, en ocasiones, también en la espalda. Es el momento en el que las modificaciones en la laringe provocan el "cambio de voz", que se vuelve más grave y varonil.


    Es en esta etapa, desde el nacimiento hasta la adolescencia, cuando los jóvenes son más receptivos a la Terapia Sacrocraneal (véase artículo del mes de octubre de 2010), y dónde más notables se hacen sus resultados.

    Esta metamorfosis concluye hacia los 18 años, cuando el cuerpo alcanza unas proporciones 20 veces mayores que en el momento del nacimiento. Psicológicamente, la adolescencia es más compleja que la infancia. Hay una etapa desde la pubertad hasta la vida adulta, en la que pueden transcurrir más de 10 años, en la que no somos considerados adultos pero tampoco niños, lo cual origina profundos conflictos psicológicos en los jóvenes.

    Finalizado el desarrollo físico, el cuerpo del adulto permanece invariable durante unos 40 años, hasta que comienza la vejez. Es este cuerpo humano el que realmente estudia la Anatomía, ya que durante un largo período de tiempo permanece una serie de factores: la misma altura, la misma distribución de los órganos, aproximadamente el mismo desarrollo muscular, las mismas capacidades intelectuales y físicas...

    Pero con los años aparecen los primeros síntomas de que se va a producir un nuevo cambio: el metabolismo se ralentiza, la muerte de cientos de miles de neuronas diariamente provoca una disminución del peso del cerebro de 3-4 g al año, las acumulaciones de grasa aumentan, el hígado (si se abusa del alcohol) se engrosa, y los pulmones se llenan y ensucian de contaminación y humo. Pero anatómicamente, todo permanece más o menos igual. Por ello, el término "cuerpo humano" indica un esqueleto adulto, un aparato circulatorio adulto, un sistema nervioso adulto, etcétera.

    Las diferencias entre un hombre y una mujer también se mantienen. El esqueleto de un hombre y de una mujer se distinguen, aun con el paso de los años, ya que el primero tiene una pelvis más estrecha y unas piernas más rectas, siendo también sus dimensiones mayores que en el esqueleto femenino. En el hombre, los órganos son más grandes, los huesos son más largos, el cerebro más pesado... incluso el funcionamiento de las glándulas endocrinas es diferente. No es casualidad que la vida media de las mujeres sea más larga que la de los hombres.

    Para la anatomía, la edad adulta es el período más uniforme y el más fácil de esquematizar para construir un cuerpo humano ideal, al que basta con cambiar el órgano reproductor para adaptarlo a las dos realidades, masculina y femenina.



    Bibliografía: "Atlas Ilustrado de Anatomía", Susaeta Ediciones, S.A.
    Pág. 19 y ss.

    viernes, 29 de octubre de 2010

    La Terapia Cráneo-sacral en los niños


    Como ya sabemos, la Osteopatía es una terapia alternativa que, últimamente, está adquiriendo mucha importancia. No es una terapia nueva, ni mucho menos, pero no ha sido muy utilizada en España hasta hace unos años. En contra de lo que pueda parecer, no es una terapia para adultos exclusivamente.

    La Osteopatía está especialmente indicada en la edad infantil, ya que es en esta etapa, que va desde el nacimiento hasta la pubertad, cuando se pueden originar las "lesiones" craneales con más facilidad, al ser numerosas las estructuras que se encuentran en un proceso de formación, consolidación y osificación.

    Muchas veces, las actitudes "rebeldes" de un niño (y que muchos adultos no solemos tener en cuenta) no son actitudes de desafío hacia los padres, sino que pueden estar originadas por ciertos desarreglos en la capacidad de movilidad de los huesos que forman el cráneo, o en las grandes tensiones a nivel de las fascias periféricas. Desgraciadamente, son muchas las ocasiones en las que estas manifestaciones no son consideradas como una "patología". Durante el parto, y sobre todo si éste es traumático para el bebé (cesárea, utilización de fórceps o ventosas, etc.), se producen compresiones tanto de los huesos craneales como de los diferentes nervios que recorren la bóveda craneal.

    Si a esto se une la administración de anestesia y medicamentos a la madre, que no dejan de ser fuente de intoxicación en mayor o menor medida para el feto, así como el estilo de vida de la futura mamá (sedentarismo, tipo de alimentos, tabaco, alcohol) nos encontramos con que los tejidos están faltos de flexibilidad y no permiten el paso libre del niño por el canal pélvico en el momento del nacimiento. Consecuencia: las lesiones mecánicas del cráneo no son raras.

    A veces aparecen una serie de signos tan habituales que no se les da importancia, pero que están ahí, indicándonos que algo no funciona bien en el organismo de nuestros pequeños.

    ¿Qué padres no se han encontrado alguna vez con una pataleta del niño a la hora de las comidas? Tal vez este lloro no sea un rechazo caprichoso a la comida, como nosotros pudiéramos pensar, sino que el niño está "diciéndonos" que comer le supone gran esfuerzo y molestia (si no dolor), por ejemplo por una falta de apertura del conducto esofágico del diafragma, debido a que éste se encuentra contraído. O también puede darse por una lesión del nervio Vago, en su salida craneal por el agujero rasgado posterior. Las compresiones en la zona temporo-occipital pueden alterar las funciones digestivas y ser motivo de náuseas, vómitos y otras alteraciones.

    Otras veces nos encontramos con actos como chuparse el dedo, siendo ya un poco más mayores. Ésta es una forma inconsciente de estimular al organismo, a través de la presión con el dedo en el paladar, para corregir alguna disfunción de los huesos craneales, que está originando tensiones en otras zonas del cuerpo, debido a la compresión de dichos huesos durante el parto... La lista puede llegar a ser muy extensa.

    El trabajo osteopático no sólo está enfocado a niños que presentan una serie de trastornos claros, sino también a aquéllos que presentan síntomas sin que lleguen a considerarse como lesiones: niños que lloran mucho, niños a los que les cuesta más dormir o comer, etc. En ocasiones, sólo se trabaja de forma preventiva, con el fin de evitar que un pequeño trastorno pueda convertirse, en un futuro,  en una enfermedad seria.

    Nuestro trabajo como osteópatas consiste en "equilibrar" las membranas, suturas y líquidos, con el fin de evitar que la envoltura ósea craneal afecte al crecimiento de la masa cerebral subyacente, dejando que sea el propio organismo el que actúe sobre el sistema nervioso (incluidos los nervios craneales), sobre la linfa (sistema de arrastre y limpieza de desechos orgánicos), sobre el sistema vascular y sobre cada una de las estructuras del cuerpo.

    La Osteopatía en los niños a veces parece "milagrosa", porque los tratamientos son casi invisibles. Si una persona mira a un osteópata trabajando, no verá nada, a excepción de algunas maniobras que nosotros llamamos "thrusts", pero que NO SE APLICAN NUNCA a los bebés y muy pocas veces a los niños un poco más grandes. Todas las maniobras son extremadamente suaves. El osteópata posa sus manos levemente sobre la cabeza, sobre la espalda o sobre la pelvis del bebé y sin más, simplemente "espera". 


    Cuando el terapeuta sacrocraneal pone sus manos y "espera", realmente lo que hace es llegar a leer e identificar los posibles desajustes y síntomas del cuerpo (tanto en niños como en adultos), utilizando sus manos para escuchar los movimientos sutiles, sus ritmos, sus pulsaciones y sus patrones de congestión y resistencia. Mediante manipulaciones muy ligeras y suaves, apenas perceptibles (lo que nosotros llamamos "espera"), sobre la cabeza, el cuello y la columna, se ayuda al cuerpo a reequilibrarse, a liberar bloqueos energéticos y físicos, partiendo del principio de la Autocuración (consigue regular y mejorar la organización del cuerpo desde dentro), además de potenciar las propias capacidades del cuerpo para autorregularse.

    Aparentemente no pasa nada, pero se observa que el niño deja de llorar si estaba llorando, o se relaja y muy a menudo se duerme (cosa que también ocurre con los adultos...). En pocos días se verán los resultados.

    martes, 5 de octubre de 2010

    Definiciones y conceptos. Parte II. Tecnologías modernas en el estudio anatómico.

    Continuando con nuestro viaje, después de ver las diferentes "ramas" en las que se clasifica la Anatomía, si os parece, voy a mostraros algunas de las tecnologías modernas que se emplean en el estudio anatómico.

    Al igual que las demás disciplinas científicas, la anatomía ha hecho notables progresos gracias al desarrollo de nuevas técnicas de investigación cada vez más precisas. Veamos cuáles son las principales, en qué consisten, qué permiten estudiar y cuándo se emplean. Comenzamos.

    AUTORRADIOGRAFÍA, O RADIOAUTOGRAFÍAEs una técnica que proporciona una reproducción fotográfica detallada de un órgano. Con una inyección intravenosa, se introducen en el cuerpo algunas sustancias radiactivas (los llamados radioisótopos). Posteriormente, se explora la región en que se encuentra el órgano en cuestión con un instrumento que mide las diferentes intensidades de radiación.

    Se emplea para comprobar directamente la eficiencia del metabolismo del órgano. 

    BIOPSIAEs una extracción quirúrgica de una porción de tejido del cuerpo vivo. Según el tipo de tejido, éste puede ser extraído con un bisturí, unas pinzas quirúrgicas o una jeringa. Oportunamente tratada con técnicas histológicas, la porción es analizada después al microscopio. La extracción de sangre destinada a análisis normales de laboratorio (la analítica que nos manda realizar normalmente nuestro médico) se puede considerar también una biopsia.

    Esta extracción permite ver las características cualitativas y cuantitativas de células y tejidos. Se utiliza, sobre todo, en el diagnóstico precoz y preoperatorio de los tumores. También se utiliza para confirmar o excluir la sospecha de enfermedad celíaca en los niños, para definir las afecciones de varios órganos (pulmones, colon, bazo, páncreas, tiroides, glándulas mamarias, próstata, etc.), para excluir la presencia de formaciones tumorales, para determinar las condiciones del endometrio en caso de esterilidad de la mujer, y para confirmar, en casos especiales, un diagnóstico de cirrosis hepática.

    ECOGRAFÍAEs una técnica que permite visualizar los órganos gracias al empleo de una banda de ultrasonidos. Un generador de ondas de alta frecuencia se coloca sobre la zona del cuerpo que se va a examinar. Las ondas se propagan en profundidad, llegando al órgano, por el que son reflejadas: un complejo aparato convierte las señales sonoras en imágenes que se visualizan en una pantalla de televisión. La persona que lleva a cabo el examen puede fotografiar los detalles más importantes (para incluirlos en el historial clínico) y emitir un primer diagnóstico. 

    Haciendo aquí un inciso, y como muchos de vosotros sabéis, hoy en día estas imágenes han pasado de ser en 2D a ser en 3D, con lo que la calidad de los detalles es, simplemente, impresionante.

    La ecografía permite ver la conformación de los órganos y la presencia de modificaciones patológicas de su estructura (quistes, nódulos, deformaciones, presencia de líquidos, etc.). Se emplea, principalmente, en la revisión de los órganos de la cavidad abdominal (hígado, páncreas, vejiga, aparato reproductor femenino, riñones, intestino, etc.), de la cavidad torácica (pulmones, mamas, corazón) y del cuello.

    También es una prueba rutinaria para diagnosticar los embarazos extrauterinos y múltiples, y para vigilar el desarrollo del feto.

    ENDOSCOPIALa endoscopia es la inspección de una cavidad del cuerpo a la que se puede acceder directamente (por ejemplo, los senos nasales y frontales, el esófago y el estómago, la tráquea y los bronquios, la vejiga, el intestino, el útero, etc.), que se realiza gracias al empleo de aparatos especiales dotados de un sistema de lentes y de iluminación. Estos aparatos pueden aumentar las imágenes, permitiendo distinguir perfectamente incluso los más pequeños detalles.

    Gracias a las fibras ópticas y a la miniaturización, en la actualidad es posible examinar y efectuar filmaciones televisivas de cavidades del cuerpo, a las que se llega por medio de pequeñas intervenciones quirúrgicas (cavidades cardíacas, vasos sanguíneos, peritoneo) o directamente (por ejemplo, al tragar una microcámara de televisión).

    Esta técnica permite ver la conformación interna de los órganos huecos y las condiciones "externas" de los órganos que se "asoman" a una cavidad del cuerpo. Aparte de ser un instrumento esencial para el diagnóstico de varios tipos de dolencias (inflamaciones, cistitis, tumores), esta técnica constituye un complemento perfecto de la cirugía y las biopsias. Por lo general, las pequeñas intervenciones (extracción de fibromas uterinos, de pólipos nasales...) se realizan con la ayuda de endoscopios específicamente desarrollados para cada tipo de operación. En algunas ocasiones, la endoscopia se usa para observar al feto y, particularmente, para realizar intervenciones quirúrgicas prenatales.

    RADIOGRAFÍA  (Rayos X). Es una de las más "viejas" de las modernas metodologías de investigación anatómica que permiten obtener indicaciones del interior del cuerpo sin intervenir quirúrgicamente. La técnica radiográfica emplea un haz de rayos X generado por una corriente eléctrica de alta tensión que, atravesando un tubo al vacío, llega a una placa de molibdeno o de tungsteno. El haz de rayos generado de este modo se dirige hacia la región del cuerpo que se desea examinar: el cuerpo absorbe la radiación de diferente manera, en función de que los rayos atraviesen un órgano "blando" (oscurece la placa) una cavidad o un tejido óseo (aparece más luminosa, blanca y densa). El haz que sale del cuerpo llega a una placa, una película o cualquier otro receptor capaz de captar la intensidad de la radiación.

    Con tejidos que absorben poco los rayos X se deben usar los llamados "medios de contraste", que son sustancias opacas o semiopacas a las radiaciones que, una vez introducidas en los tejidos o en los órganos, crean un contraste artificial con los tejidos circundantes.

    Permite ver la conformación y la estructura interna de tejidos y órganos, así como la presencia (normal o anómala) de aire, de líquidos o de cuerpos extraños con densidad radiográfica distinta a la de las estructuras corporales. Se utiliza principalmente en ortopedia y traumatología, para detectar problemas en huesos y articulaciones, y en los exámenes rutinarios de prevención del cáncer de mama (mamografía), para localizar cuerpos extraños del tipo que sea, y para comprobar las dimensiones y el funcionamiento del corazón (angiocardiografía).

    ANGIOCARDIOGRAFÍA. Es un tipo de radiografía específica del corazón. Tras inyectar por vía intravenosa los medios de contraste, se realizan numerosas radiografías en sucesión rápida. Así se puede ver, por ejemplo, si están obstruidas las coronarias o si es normal la actividad en las cavidades cardíacas. Se suele realizar antes de una operación quirúrgica.

    ROENTGENCINEMATOGRAFÍA. Aplicando a un instrumento de examen radiográfico un intensificador de imágenes (es decir, un dispositivo que permite grabar la imagen por rayos X, aumentando su luminosidad) se pueden realizar filmaciones por rayos X. De este modo se obtienen importantes informaciones sobre la movilidad de los órganos observados y sobre posibles anomalías en el movimiento.

    TOMOGRAFÍA COMPUTERIZADA  (TC), o también llamada TOMOGRAFÍA AXIAL COMPUTERIZADA  (TAC). A través de numerosas mediciones realizadas mediante rayos X, esta costosa técnica procesa matemáticamente los datos reunidos, reproduciendo la imagen radiológica de secciones transversales del cuerpo. El paciente, tumbado sobre una camilla especial, se somete en pocos minutos a centenares de radiografías que, una vez reveladas, proporcionan un cuadro anatómico completo.

    Permite ver las estructuras más pequeñas con diferente opacidad radiológica, normalmente invisibles con un examen radiológico tradicional. Pero debido al alto coste y la elevada dosis de radiación que debe absorber el paciente, sólo se utiliza en casos especiales, sobre todo para diagnosticar tumores en órganos que no se pueden analizar fácilmente con otras técnicas (hígado, páncreas, cerebro).

    RESONANCIA MAGNÉTICA NUCLEAR  (RMN). Es una técnica de investigación que permite obtener unas imágenes excepcionalmente precisas y ricas en detalles sin tener que emplear medios de contraste. El cuerpo se somete a un campo magnético que provoca la emisión, por parte de los átomos que componen cada órgano, de radiaciones con una longitud de onda muy baja (frecuencias radio). Las señales emitidas son transformadas en imágenes por un equipo de computadoras muy complejo que tiñe de diferentes colores las zonas del cuerpo con diferente emisión.

    Permite ver la conformación de tejidos y órganos difícilmente accesibles o muy extensos (por ejemplo, el sistema circulatorio o el linfático) de manera enormemente detallada. Es útil para examinar la estructura más fina de órganos como el cerebro, de vísceras, de los sistemas vascular y linfático, de los músculos y de los huesos.

    CENTELLOGRAFÍA. Se suministra una sustancia radiactiva (radioisótopo), normalmente mediante una inyección intravenosa, y se registran las radiaciones emitidas por el isótopo radiactivo. Por ejemplo, inyectando una pequeña dosis de yodo radiactivo, éste se acumula rápidamente en el tiroides. A través de un examen computerizado de los distintos grados de radiactividad registrados, se obtiene una imagen del tiroides que muestra, mediante falsos colores, las diferentes concentraciones de radioisótopo en el órgano. 

    Se pueden evidenciar numerosas malformaciones (quistes, nódulos o tumores) de determinados órganos (tiroides, mamas, corazón o riñones).

    TERMOGRAFÍA. A través de un examen computerizado de los datos registrados  por un complejo mecanismo termométrico, permite visualizar en diferentes colores las zonas del cuerpo que presentan temperaturas distintas.

    Facilita la detección de determinadas patologías y es de utilidad en el diagnóstico de tumores.


    Bibliografía:  "Atlas Ilustrado de Anatomía". (Susaeta Ediciones, S.A.)

    domingo, 3 de octubre de 2010

    Definiciones y conceptos. Parte I.- La Anatomía Moderna.

    Ante todo, quiero mandar un saludo y dar las gracias a esos amigos y seguidores, que tanto me están ayudando con sus comentarios y sus palabras de ánimo. Vosotros habéis sido los "padrinos" de este trabajo, y los que vais dándole forma con vuestras sugerencias. Espero que los artículos que aquí aparezcan puedan servir de orientación y ayuda para todas las personas interesadas en el mundo de las Terapias Alternativas y Complementarias, pero seguid este consejo: no queráis ser vuestros propios médicos, sino que, ante cualquier duda, debéis acudir a un buen terapeuta profesional.

    Dicho esto, y como respuesta a la petición de un buen amigo, voy a tratar de aclarar algunos conceptos sobre las nuevas tecnologías y terapias que se aplican hoy en día. Evidentemente, ni son todas las que están... ni están todas las que son. Comienza la aventura.

    HACIA  LA  ANATOMÍA  MODERNA

    Los primeros en estudiar el cuerpo humano a través del microscopio óptico fueron Antoni van Leewenhoek, su creador, y Marcello Malpighi. Descubrieron las células de la sangre, los corpúsculos presentes en el espesor de la piel, las estructuras del bazo, los glomérulos del riñón, los alvéolos pulmonares, etc. En el siglo XVIII la actividad de investigación se intensificó, y el método de colorear los tejidos que se iban a estudiar permitió descubrir numerosas estructuras desconocidas hasta entonces, ampliando el campo de la investigación anatómica.

    Entre tanto, combinando la interpretación de los síntomas y la intervención clínica con el conocimiento de la anatomía de órganos sanos y enfermos, el profesor Giovan Battista Morgagni sentaba las bases conceptuales y metodológicas de la anatomía patológica. De este modo, las intervenciones quirúrgicas se convirtieron en una fuente de conocimientos para la anatomía, y viceversa.

    Gracias al desarrollo y perfeccionamiento de las técnicas de investigación, al desarrollo de los microscopios ópticos y electrónicos, y de las técnicas de coloración de tejidos cada vez más específicas, se produjo la "explosión" de la Anatomía Microscópica y la progresiva reducción del interés por la Anatomía General.

    Actualmente, la Anatomía se divide en diferentes "ramas" que, a partir de los conocimientos ya adquiridos sobre la estructura del cuerpo humano, profundizan en aspectos muy distintos.


    Anatomía humana normal sistemática (o, impropiamente, discriptiva). Es la más antigua. Analiza la conformación, las relaciones, la estructura y desarrollo de los órganos, y se divide en:
    • Macroscópica: se ciñe a la observación de los elementos visibles sin instrumentos.
    • Microscópica: emplea metodologías histológicas para describir las micro-estructuras de los distintos órganos.
    Anatomía topográfica. Estudia los órganos según el lugar que ocupan, dividiendo el cuerpo humano en territorios, regiones y estratos (desde los superficiales a los más profundos).

    Anatomía quirúrgica. Estudia los problemas anatómicos relativos a las enfermedades de que se ocupa la cirugía, a sus síntomas y a las técnicas de intervención quirúrgica.

    Anatomía patológica. Estudia las alteraciones macroscópicas de los órganos, producidas por enfermedades diversas, utilizando como principal método de indagación la autopsia.

    Anatomía radiográfica. Se ocupa de la nomenclatura y del aspecto de las partes sanas del cuerpo tal y como se ven en una radiografía, precisando los caracteres particulares que los distintos órganos y tejidos adoptan como consecuencia de su superposición, de su proyección en una pantalla y de su diferente densidad radiológica.

    Anatomía artística. Se ocupa de las formas exteriores del cuerpo, las proporciones entre las distintas partes, los órganos visibles directamente y sus modificaciones externas debidas a actitudes diversas y, en especial, al movimiento.


    Bibliografía: "Atlas Ilustrado de Anatomía". (Susaeta Ediciones, S.A.)